Escrito e ilustrado por Anthony Browne.
Traducido al español por Teresa
Mlawer.
Publicado en el 2008 por el Fondo de Cultura Económica, en
la colección “Los Especiales de A la Orilla del Viento”. México, 32 páginas.
Presentado en tapa dura en formato 30 x 26 cm.
Género: Libro Albúm
ISBN 978-968-16-8578-2
Reseña escrita por Andrea Malagón Arias
Octubre 2 de 2013
Cosita Linda es una historia en gran
formato de Anthony Browne, diseñador
gráfico inglés considerado uno de los principales exponentes y creadores del
libro álbum. Este autor cuenta con casi cincuenta títulos, algunos
caracterizados por gorilas, y en los que es posible disfrutar con sencillez
temas que afectan tanto a niños como a adultos. Algunos de sus títulos más
famosos son: Mi papá, Cosas que me
gustan, El túnel, Cambios y El libro
del Osito. Además, cuenta con la serie de libros de Willy que le ha
permitido ganarse la atención infantil. Algunos de los títulos de esta serie
son: Willy el soñador, las pinturas de
Willy, Willy el Mago y Willy y Hugo.
Aquellos lectores que buscan en la literatura valores y
enseñanzas encontrarán en Cosita Linda la posibilidad de pensar en
la importancia de la amistad, el respeto a las diferencias y la solidaridad. Y para esos otros lectores que van más allá
de la moral y lo ético expresado en las obras, este libro álbum puede
convertirse en un interesante ejemplo de esa capacidad que tienen las historias
de expresar la condición humana, la estética y hasta las visiones políticas que
nos rodean.
Con pocos textos y grandes
ilustraciones -a veces de una y en ocasiones de dos páginas-, nos cuenta la
historia de un gorila especial al que le habían enseñado a comunicarse con
señas. Gracias a la sencillez pero vivacidad de los rostros, y a la cantidad de
pequeños detalles en las ilustraciones, es posible descubrir en la historia lo
que el texto no dice. Por ejemplo, con líneas, el autor nos cuenta que todo lo
que pedía el gorila, era suyo. Pero gracias a cada dibujo, descubrimos que su
casa parecía más un hotel que un refugio. Su sala era el sueño de todo aquel
que se “engorila” en la televisión. Y
¿Qué decir de su alimentación? Desde el más dulce cappuccino hasta la más sabrosa hamburguesa llegaba a su mesa.
Continuando con las ilustraciones, cabe mencionar que, en
términos de composición, este libro álbum cuenta con una estructura formal,
rítmica y uniforme. Las tonalidades que se usan en sus ilustraciones muestran
claramente las emociones que se viven en la historia y, junto a la repetición
de elementos en el tapiz y a la formalidad visual, le ofrecen más fuerza a eso
que se quiere contar. La frialdad o calidez de los colores y los niveles de
saturación y contraste ayudan al lector a compenetrarse con el texto y percibir
naturalmente los sentimientos de los protagonistas y hasta lo hacen participe
de las actividades y lugares que estos viven.
Lo anterior fácilmente puede
ejemplificarse con los sentimientos de desánimo del gorila. El texto nos
menciona que el personaje se encontraba triste, pero es gracias al trazo suave y,
a la vez, definido de las facciones del gorila, al uso tonal y al cambio de
exposición de luz en su rostro que como lectores podemos notar la frustración y
hasta la soledad que siente.
Con una interesante combinación de palabras e ilustraciones,
Browne, ingeniosamente, nos hace
pensar en esas necesidades humanas que nos rodean y que no están ligadas a la cantidad de bienes que
podemos llegar a poseer. Es por esto que un día, uno como cualquier otro, el
gorila se atreve -tal vez, después de mucho pensarlo- y le pide a sus
cuidadores un amigo. Pero, ¿dónde encontrar más gorilas en el zoológico? Linda,
una pequeña gata es la solución. El temor a ser comida, tanto de quienes cuidan
del gorila como de Linda, puede llevar al lector a pensar en el miedo que como
seres humanos tenemos a la diferencia y a la no aceptación. Sin embargo, en la historia es entregada al grandulón.
Sorpresivamente, no hay
inconveniente. El gorila se enamora de Linda. La cuida con tanto amor, y ella,
que disfruta tanto de la compañía de su nuevo amigo, congenia sin problemas con
él. Llegan a hacer todo juntos, hasta eso que uno sólo puede hacer sin
compañía. Una noche, y debido a una reacción tan propia de cualquier ser vivo,
la historia de esta amistad es obligada a tomar un rumbo diferente. ¿Podrán los
personajes permanecer juntos hasta el final? Este divertido libro álbum, lleno
de imágenes hiperrealistas, nos lleva a recordar de una manera sencilla todo
eso que uno hace por alguien que verdaderamente ama. Con razón, Anthony Browne es el merecedor de tantos
premios como autor e ilustrador. Es fácil entender el porqué, en su haber,
cuenta con una medalla Greenaway y
con el tan codiciado Andersen, entre
muchos otros reconocimientos.
Finalmente, y aunque puede pasarse por alto, en una de sus
ilustraciones, Anthony Browne incluye «El paisaje
con caída de Icaro» óleo atribuido a Pieter Brueghel. Lo interesante de encontrar esta referencia
cultural, sobretodo detrás de un gorila y una gatita voladora
es la posibilidad que tiene cada lector de decir si hay relación entre la muerte de Icaro -luego de que sus alas de cera se
acercaran demasiado al sol- y las vivencias de nuestro protagonista y su entrañable amiga.
Gracias por esta información, me re sirvió para trabajar el cuento.
ResponderEliminar