Autor: Sebastián Hugo Vargas.
Ilustrador:
Lautaro Fiszman.
Bogotá,
Cangrejo Editores, 2011. 32 páginas.
Tapa
dura. 28 cms x 22 cms.
Mitos y
leyendas.
Reseña
por: Laura Marín.
Es
necesario empezar diciendo que los mitos son relatos propios de una cultura en
los que se sustenta su cosmogonía, narran acontecimientos de tiempos
primigenios, y en muchos casos dan origen o explicación al mundo tal como lo
conocemos. Suelen estar protagonizados por seres extraordinarios o
sobrenaturales: héroes, dioses, y monstruos. Además presentan conflictos entre
fuerzas irreconciliables: el bien contra el mal, creación contra destrucción,
dioses contra demonios. Pues bien, “La cadena de Fenris” libro ilustrado de
Sebastián Vargas, cumple perfectamente con las características anteriores ya
que explica cómo se creó una enemistad legendaria en la cultura nórdica;
enemistad que en el futuro desencadenará la lucha final entre el bien y el mal.
El autor
narra el mito en tercera persona a través de una voz anónima, de manera concisa
y con lenguaje sencillo e informal.
Desde el mismo título, el autor ofrece al lector una idea básica y precisa de
lo que más adelante se desarrollará como una idea clave en la historia, que se
desarrolla cronológicamente, no hace uso de capítulos y es apta para todo
público.
Vargas
empieza su texto nombrando y describiendo a los hijos de Loki, mostrando como
por sus características físicas son rechazados y desterrados del Valhala –punto
de reunión de los dioses-. El único de los tres hijos que corrió una suerte
diferente fue Fenris: su aspecto inocente y juguetón le aseguró un lugar con
los dioses, que no contaban con su crecimiento apresurado y abismal.
A medida
que pasaba el tiempo, el lobo iba siendo cada vez más grande, hasta llegar al
punto en el que Odin y los demás dioses decidieron forjar una cadena lo
suficientemente fuerte para retenerlo, una tarea que no resultaría para nada
sencilla. Cabe destacar la habilidad del autor para crear una atmósfera intrigante,
logrando con esto que la historia permanezca en la memoria del lector.
También es
interesante ver como el autor muestra el poder definitivo que tenía la imagen
en las culturas nórdicas de esa época: definía la permanencia en el templo
Valhala y generaba en la sociedad ideas falsas –y juicios morales- sobre otras
personas, basándose exclusivamente en su aspecto. Este último punto
–lastimosamente- está vigente aún en muchos imaginarios colectivos de la
cultura occidental actual.
“El tercero de los hijos de Loki era un lobo: un
pequeño lobito gris que empezó a saltar, juguetón, entre las piernas de los
dioses. Su nombre era Fenris - ¡Que simpático lobezno! Él si puede quedarse
aquí, nosotros mismos, los dioses, lo
criaremos- dijo Odin”
El libro deja –de una manera muy
discreta- una enseñanza que si bien es vieja y gastada, no ha sido aprendida,
ni puesta en práctica en su totalidad por la sociedad: las apariencias engañan.
Las
ilustraciones de este libro están a cargo de Lautaro Fiszman, un reconocido
ilustrador argentino que por medio de la acuarela, de su trazo grueso, fuerte y
poco definido, de un uso sombrío de los colores, y de rostros muy expresivos logra generar imágenes que
acompañan y refuerzan el texto. La tipografía juega también un papel
importante, ya que enfatiza los nombres propios y contextualiza al lector de
inmediato con la época en la que tiene lugar la historia. Desde la ilustración
de la portada se puede deducir fácilmente en dónde toma lugar la historia. La
luz en las ilustraciones tiene un papel crucial pues es la encargada de darles
volumen y profundidad, es importante también resaltar que el entorno de la
historia no aparece jamás en los dibujos. Fiszman nació en 1975, estudió
Comunicaciones publicitarias, ha ganado varios premios entre los que resalta la
última versión del Concurso Nacional de Historietas “Juan Arancio” de Argentina
y ha realizado varios trabajos y exposiciones, tanto para revistas y periódicos
como independientes; también incursionó en el 2001 en el mundo del cine.
En cuanto
al autor, Sebastián Hugo Vargas nació en Buenos Aires en 1974, es egresado del
Instituto Superior del Profesorado Joaquín V. Gonzáles, y tiene múltiples
oficios: profesor de Castellano, Literatura y Latín, editor y corrector
(especialmente de textos escolares), traductor literario de alemán e inglés;
también cuenta con estudios de catalán, francés y chino. A lo largo de su vida
laboral ha publicado varias versiones de la mitología de diversas culturas –por
ejemplo la nórdica, la china y la árabe-. Ha ganado varios premios, siendo el
más reciente El barco de vapor, que le
fue otorgado en el 2012.
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